La disminución de los empleos disponibles viene acompañada
por la crisis del estado, el cual no puede ser competitivo en el mundo
globalizado, cuando la mayoría de las economías están sujetas al mercado.
Otro problema es la necesidad de crear una frontera
permeable entre el sector de economía productiva y el de la economía social, a
través de la introducción de un nuevo tipo de la sociedad: la sociedad que
valora la utilidad social (felicidad, armonía, cooperación, ecología, arte,
autorrealización) más que la utilidad económica (riqueza material). Este
sistema de valores cavaría irremediablemente la capacidad de las empresas a
maximizar las ganancias.
Las ventajas de la economía social para la solución
del problema de la pobreza son obvias: si fuera posible extraer el trabajo del
mercado y asegurar a todos los individuos un nivel de vida digno, se eliminaría
tanto la pobreza como la subsecuente marginación.
Muchas personas afirman que la economía social, pone ojo visor en que la pérdida de los empleos es un proceso irreversible, porque la revolución informática al crear procesos de producción automatizados y auto-vigilados, ha desvinculado la productividad de la demanda de mano de obra.
Muchas personas afirman que la economía social, pone ojo visor en que la pérdida de los empleos es un proceso irreversible, porque la revolución informática al crear procesos de producción automatizados y auto-vigilados, ha desvinculado la productividad de la demanda de mano de obra.



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