En algún momento o en alguna parte se
han usado como dinero muchos bienes o activos diferentes. Los bienes son cosas que se valoran
porque satisfacen necesidades o deseos de las personas: alimentos, vestuario o
libros. Un activo, como la
maquinaria, es algo valioso porque se puede usar para producir otros bienes o
servicios. Una manera común de definir el dinero es a través de las funciones
que desempeña. Tradicionalmente, este enfoque sugiere que el dinero debe
cumplir tres papeles importantes.
El primer papel del dinero es ser depósito
de valor; algo que se espera que mantenga su valor en forma
razonablemente previsible a través del tiempo. Por ejemplo, el oro o la plata
que se extrajeron hace cientos de años son aún valiosos. En cambio, los
alimentos perecederos dejan de tener valor cuando se dañan. Por ello, el oro o
la plata son buenos depósitos de valor.
El segundo papel del dinero es
ser unidad de cuenta; la cosa en que se fijan los precios de los
bienes y servicios, por ejemplo, en menús, contratos o etiquetas de precio. En
las economías modernas la unidad de cuenta suele ser una moneda, por ejemplo,
la libra en el Reino Unido, pero podría ser algún tipo de bien. En el pasado,
el precio de los artículos a menudo se fijaba en términos de algo muy común,
como bienes o animales.
En tercer lugar, el dinero debe
ser medio de cambio; algo que las personas mantienen porque
piensan intercambiarlo por otra cosa, en vez de desearlo por sí mismo. Por
ejemplo, en algunos campos de prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra
Mundial, los cigarrillos se convirtieron en medio de cambio a falta de dinero, Incluso los no fumadores
estaban dispuestos a cambiar cosas por cigarrillos; no porque pensaran
fumárselos, sino porque después podían intercambiarlos por lo que desearan.
Estas funciones están estrechamente
vinculadas entre sí. Por ejemplo, un activo es menos útil como medio de cambio
si mañana no es tan valioso, es decir, si no es un buen depósito de valor.
El dinero cumple varias funciones y cuando una
expresión monetaria deja de satisfacer cualquiera de estas, el individuo
inmediatamente busca algún otro substituto.
Entre las funciones del dinero
encontramos que: Agiliza la división del trabajo, permite el cálculo económico
estableciendo comparaciones entre costos y rendimientos esperado, permite expresar bienes heterogéneos en
unidades comunes, facilita el comercio, permite postergar decisiones de compra
y conservar los rendimientos obtenidos de los factores de producción y además,
en muchos países se han utilizado distintos bienes para sustituir algunas de
las funciones del dinero oficial, por ejemplo, a la función de depósitos de
valor.



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